Sonidos tradicionales
Fotografía: Onnis Luque
El Palacio de la Música Mexicana ha sido definido como un edificio moderno, pero sensible a su contexto de gran valor histórico. Por su ubicación, pero sobre todo por su programa de vocación social, es consciente de la oportunidad que posee de revitalizar y regenerar la zona del centro de la ciudad de Mérida, donde se localiza. Por tales características, el proyecto fue concebido desde el inicio como un hito arquitectónico que congregó a cuatro estudios para su realización: Alejandro Medina Arquitectura, Reyes Ríos + Larraín Arquitectos, Muñoz Arquitectos y Quesnel Arquitectos. El proyecto está compuesto por dos cuerpos principales suspendidos parcialmente al nivel de la calle, unidos por un sótano y por los niveles superiores. Las fachadas son primordialmente introspectivas y solo se abren completamente en la parte posterior, con el fin de integrarse a los monumentos contiguos. Como parte del sentido musical del edificio, las fachadas presentan perforaciones que cumplen un doble propósito: recrean las notas musicales de las cintas de pianola y forman un contraste de luz y sombra que hace eco de los edificios vecinos; adicionalmente, durante la noche funcionan como cajas luminiscentes, operadas con tecnología multimedia.