Luz y concreto
Fotografía: Pedro Kok
Ubicada en lo alto de una ladera en plena mata atlántica, esta residencia redefine la relación entre arquitectura y paisaje. Construida con un sistema mixto de albañilería estructural y concreto armado, la casa se asienta con firmeza en el terreno mientras sus amplios paneles de vidrio abren el interior a una panorámica ininterrumpida del entorno natural. La transparencia y el peso conviven en equilibrio: el concreto aparente otorga carácter y durabilidad, mientras el vidrio suaviza los límites y deja que la luz se deslice libremente por los espacios. Esta interacción constante entre materia y entorno crea una experiencia habitable que fluctúa entre la solidez del refugio y la apertura hacia el horizonte verde. Con una planta interior abierta y ventilación natural, la vivienda no solo responde al clima y la topografía, sino que se funde con ellos, convirtiendo la cotidianidad en un diálogo permanente con la naturaleza.
