Cruce temporal
Fotografía: João Morgado
A comienzos del siglo XX Tacuba se convirtió en una de las zonas más pujante de Ciudad de México, pero con el paso del tiempo sus enormes construcciones fueron abandonadas o derrumbadas, sin embargo entre estos vestigios permaneció la casona de Mar Mediterráneo 34. La arquitecta mexicana Inca Hernández se encargó de convertir este volumen en un edificio de apartamentos que es una referencia clara a la historia del edificio, pero cuenta con características contemporáneas de habitabilidad. El proyecto trató de diferente manera las dos crujías del edificio; en el caso de la primera, que cuenta con la fachada, se recuperaron los múltiples elementos artísticos y artesanales, así como las tejas de cristal sobre la cornisa. La segunda crujía en tanto, fue reconstruida como una reinterpretación del pasado con carácter contemporáneo, erigiéndose un nuevo volumen que enmarca el cielo a través del patio lateral existente. La casona cuenta ahora con tres niveles y 7 unidades habitaciones.