ARQUITECTURA ETÉREA
Fotografía © Takumi Ota
En un edificio industrial ubicado en la bahía de Tokio que fue ocupado anteriormente por una discoteca y que presentaba claras dificultades para alojar un programa cómodo y funcional, el arquitecto japonés Ryuichi Sasaki llevó adelante una remodelación que dio como resultado Wall Cloud. Este nuevo complejo de oficinas se ubica en el ático del edificio, para habilitarlo se eliminaron los cielos falsos y las vigas de hormigón existentes se extendieron hacia abajo, ayudando a dividir el espacio y a compartimentar los diferentes ambientes; lo interesante de la propuesta es que dichas extensiones solo se prolongaron hasta cierta altura, sin llegar a tocar el suelo, por lo que la parte inferior de los muros fue cerrada con paneles de vidrio que permiten la entrada de luz a todas las oficinas y crean una continuidad visual entre los espacios, haciendo desaparecer la sensación de opresión. Esta característica es justamente la que da nombre al recinto, pues los muros parecen flotar en el aire como si estuvieran colgados del techo, generando una atmósfera liviana y etérea que contrasta con la apariencia industrial del edificio.