HORMIGÓN QUE FLORECE
Fotografía © Sergey Makhno Architects
El hormigón, acero, vidrio y agua son los protagonistas de Rose House, una casa de huéspedes proyectada por el taller ucraniano Sergey Makhno Architects y que espera construir pronto en las montañas de su país. Debido a su silueta limpia, la construcción de 160 m² parece ser simple, pero contiene una gran cantidad de elementos sofisticados. El exterior de acero parece totalmente inmerso en la naturaleza salvaje, en tanto que el espacio interior del edificio es opuesto, abierto y frágil debido a sus superficies completamente vidriadas; todo está organizado de acuerdo a un diseño fluido con zonas funcionales transformables en las con solo mover algún muro se puede cambiar la configuración de las plantas. El nombre, Rose, proviene del tono de las paredes que parecen “florecer” en medio del bosque, es por eso que con el fin de regar esta flor de hormigón Makhno creó una piscina artificial en uno de los bordes de la terraza, en ésta instaló “Lluvia”, una escultura de una figura masculina elaborada en bronce por el artista ucraniano Nazar Bilyk.