Entre el carbón y los árboles
Fotografía: Maciej Ławniczak y Julia Śliwka
En el corazón montañoso de Walbrzych, ciudad polaca marcada por su pasado minero, una nueva torre de observación se alza como testigo contemporáneo de una historia industrial. Seleccionada a través de un concurso abierto de arquitectura, la estructura combina geometría rigurosa e inspiración local: su forma hexagonal, construida en acero corten oxidado, evoca las torres de horno de coque y los edificios de ladrillo que marcaron el auge carbonífero de la ciudad. Ubicada en una colina que domina el casco antiguo, la torre ofrece seis plataformas de observación —la más alta a 33 metros— desde las cuales se abren ventanas estratégicamente recortadas en la malla metálica que la recubre, enmarcando escenas seleccionadas de los Sudetes. Desde lejos, su silueta parece emerger como un eco de los íconos industriales de antaño, integrándose sutilmente con el paisaje boscoso que la rodea. Un detalle encantador: una rampa serpentea entre los árboles hasta la plataforma más baja, invitando a una aproximación pausada, casi ceremonial, a la cima. Más que una estructura panorámica, esta torre es una pieza de arquitectura narrativa: una que transforma el acero y la altura en un relato visual sobre la identidad de Walbrzych, su historia enterrada bajo tierra y su presente erguido hacia el cielo.