El mundo a colores
Fotografía: Günther Egger
Un “paraíso ruidoso, salvaje y único para los niños” es lo que encuentran los clientes de esta óptica infantil ubicada en pleno centro de Múnich. El diseño es obra de Stephanie Thatenhorst y recurre a azulejos con patrones triangulares como elemento característico, así como a asientos y exhibidores ajustados a la altura de sus clientes. Tanto las paredes como el techo están revestidos en baldosas verdes y blancas, mientras que los estantes son de color damasco y una columna amarilla acanalada con un banco en su base le da un ritmo vertical al espacio. La iluminación está definida por luces de neón en forma de U diseñadas para recordar los columpios de los monos en el zoológico. Pensando especialmente en los niños, se colocó un dispensador de gafas enmarcado en un textil a cuadros rojos que combina con la tapicería de los taburetes y de los bancos circulares.