Jardín encubierto
Fotografía: Benjamin Hosking
Invisible desde el exterior y profundamente sensorial por dentro, New Castle, diseñado por Anthony St John Parsons, reimagina el habitar como un ritual íntimo. Situado en las estribaciones de Merewether, Australia, este proyecto residencial se resguarda tras un muro de piedra caliza que serpentea y enmarca un jardín secreto.
La casa se presenta como un enclave misterioso, donde cada apertura —ya sea monumental o apenas perceptible— despierta la curiosidad sin delatar su escala real. Lo que a primera vista parece una fortaleza, por dentro fluye como un paisaje coreografiado. Las habitaciones se disponen en una secuencia serpenteante que abraza patios, sombras, agua y follaje, diluyendo los límites entre arquitectura y jardín.
Las proporciones extrañas y los materiales no convencionales —como las columnas de hormigón vertido in situ— contribuyen a una atmósfera que desafía la lógica constructiva pero se siente cuidadosamente tejida. New Castle es el resultado de una obsesiva atención al detalle, con más de 600 dibujos y una comunicación constante entre arquitecto y constructor.
Esta residencia no solo es una proeza de diseño y ejecución, sino una muestra radical de cómo la arquitectura puede cultivar misterio, pertenencia y belleza en cada rincón. Una obra que, sin alardes, deja una huella imborrable.