GEOMETRÍA Y TRADICIÓN
Ubicado en el centro de la ciudad, el edificio Amir del Museo de Arte de Tel Aviv supuso un extraordinario desafío para los arquitectos de la oficina de Preston Scott Cohen Inc., quienes para resolver la tensión que producía el sitio triangular que disponían y la necesidad del museo de tener salas amplias y rectangulares, propusieron una serie de sutiles giros geométricos en las superficies – en forma de parábolas hiperbólicas – que conectan los ángulos dispares entre las galerías y el contexto triangular, a la vez que reflecta la luz natural a los recovecos más profundos del edificio. La construcción representa la inusual síntesis de dos paradigmas opuestos para los museos contemporáneos: un museo como neutras cajas blancas, y un museo como espectáculo arquitectónico. Una serie de galerías rectangulares están dispuestas alrededor de la ‘cascada de luz’ -una caída en forma espiral de 87 pies de alto-. El edificio se compone de acuerdo a varios ejes que se desvían significativamente de un nivel a otro. En esencia, se trata de una serie de planos independientes y sistemas estructurales de acero apilados uno encima de otro, conectados por espacios geométricos de circulación vertical. El museo además se remite a la construcción original, de tal manera que los dos pueden ser vistos con continuidad, y al mismo tiempo se refiere, aunque libremente, a la tradición arquitectónica israelí.
www.pscohen.com
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