Gravedad suspendida
Fotografía: Bilel Khemakhem
Villa Air, situada en las laderas suaves de Morneg, Túnez, es una exploración poética de la arquitectura como eco del paisaje. Diseñada por ARK-Architecture, esta residencia de 1.500 m² desafía las convenciones del dominio arquitectónico, optando por fundirse con la topografía en lugar de imponerse. Sus volúmenes horizontales, en voladizo extremo, trazan sombras precisas y abren vistas hacia la cordillera Jbal Errsas, anclando la experiencia en una lectura meditativa del entorno.
El proyecto se construye en torno a una tensión cuidadosamente orquestada: peso y levedad, interior y exterior, materia y luz. El uso contenido de materiales —travertino, madera y hormigón pigmentado— genera una atmósfera táctil que conecta con la tierra, mientras que los volúmenes blancos capturan el sol del Mediterráneo en una danza de luz y sombra. Circulaciones coreografiadas, dobles alturas y plataformas abiertas conducen a una experiencia espacial fluida e inmersiva. Las piscinas infinitas y los umbrales disueltos entre terraza y vivienda refuerzan la idea de suspensión y continuidad.
Villa Air, más que un hogar, es un manifiesto de modernismo sensible al lugar: preciso, silencioso y profundamente sensorial. Un refugio donde arquitectura y paisaje se disuelven en un mismo aliento.
