Reflejos desnudos
Fotografía: Larose Guyon
Para el estudio canadiense Larose Guyon, crear una luminaria no se trata solo de estética, sino de la luz en sí. El fulgor y las sombras son para ellos, tan importantes como el objeto mismo durante el proceso creativo, eso por eso que sus lámparas son igual de atractivas que la atmósfera que crean. Para esta, su segunda colección, el estudio ha decidido mantener el sello elegante y distintivo que presentaron con La Belle Époque, pero apuestan ahora por un modelo más versátil, capaz de adaptarse casi a cualquier espacio. Le Royer está inspirada en el territorio de Nueva Francia, específicamente en la figura de los coureurs des bois, como fueron apodados los comerciantes de pieles a principios del siglo XVIII, los que en este caso, son identificados con Pierre Le Royer, una figura legendaria del folclore canadiense y quien da nombre a la colección. Estas luminarias presentan características tan sencillas y crudas como las que definieron la vida en ese periodo, exhibiendo con orgullo su simpleza, para dar paso a una estructura desnuda que deja su esencia al descubierto. El diseño rememora las largas noches de invierno iluminadas por la luna, emulando de manera poéticas sus fases. Estas nuevas lámparas pueden ser instaladas indistintamente en las paredes, sobre una isla de cocina, en el comedor, alrededor de un espejo del baño o junto a un sillón de lectura; las infinitas posibilidades de Le Royer se incrementan además con los múltiples acabados disponibles, entre los que se cuenta el negro mate, cobre satinado y latón. Reportaje
Publicado en edición 129 de AMBIENTES.
