Cúpula con alma
Fotografía: Natasha Lee, Shannon Moss y Brandon Stanley
En pleno desierto de California, Hata se eleva como un testimonio de intuición arquitectónica y resiliencia ambiental. Concebida y construida íntegramente por la autodidacta Anastasiya Dudik, esta casa cúpula de hormigón monolítico fusiona la lógica ancestral del refugio con estrategias contemporáneas de autonomía energética y sostenibilidad. Su caparazón de concreto no solo desafía las convenciones constructivas, sino que también propone una nueva poética del habitar.
La estructura se basa en lo que Dudik denomina “diseño primitivo futuro”: una síntesis entre masa térmica, formas curvas y materiales elementales, todo orientado a resistir un entorno climático extremo. Sin ayuda profesional ni respaldo empresarial, la autora dirige cada capa del proceso con una sensibilidad brutalista que se transmuta en suavidad: curvas que fluyen, luz que entra como un susurro, muebles que emergen del suelo como parte del paisaje.
Hata no busca imponer, sino proteger. Su belleza es silenciosa, íntima, casi geológica. Más que una casa, es un manifiesto construido a mano: sobre cómo diseñar desde el instinto, cómo habitar sin dañar, y cómo una visión profundamente personal puede transformar los estándares de la arquitectura remota.