Refugio revelado
Fotografía: Stijn Bollaert
En esta vivienda unifamiliar, la arquitectura emerge desde la ruina para revelar nuevas posibilidades de habitar. El proyecto conserva íntegramente un antiguo taller compuesto por un volumen de doble altura y un galpón contiguo, integrando un nuevo cuerpo de madera que se posa con ligereza sobre la losa existente. La operación no borra el pasado: lo enmarca, lo expone y lo resignifica como parte esencial del conjunto. La intervención transforma el viejo cobertizo en un jardín amurallado, abriendo su techo para convertirlo en un espacio íntimo que actúa como extensión natural de la casa. Al separar físicamente la nueva estructura de las preexistentes, las antiguas paredes funcionan como un velo intermedio entre el interior contemporáneo y los imponentes exteriores, reforzando la sensación de resguardo dentro de un paisaje amplio y complejo. El programa se resuelve en dos plantas con habitaciones dispuestas en torno a un núcleo de servicios central, configurando un plano mínimo que se amplía gracias a los espacios exteriores cubiertos del cobertizo. Así, el proyecto establece un diálogo intenso entre la racionalidad del nuevo plan y la crudeza de la carpintería existente, logrando una convivencia equilibrada entre memoria material y vida cotidiana.








