Dentro del agua
Fotografía: Pablo Casals-Aguirre
Instalado en el Parque Balmaceda, este pabellón efímero parece encerrar la fuente como si estuviera en proceso de restauración, invitando a la curiosidad y resignificando su presencia en el imaginario urbano.
Su estructura liviana, conformada por módulos prefabricados de madera y metacrilato espejo, genera una atmósfera envolvente donde el agua se convierte en protagonista, amplificando su sonido, reflejo y movimiento.
Al caminar dentro del pabellón, los visitantes interactúan directamente con el agua, generando ondulaciones que modifican la percepción del espacio. El metacrilato, sujeto solo en sus bordes para permitir su deformación con los cambios climáticos, crea reflejos abstractos y fluctuantes, jugando con la luz, el cielo y la presencia humana.
Este efecto lúdico y cambiante refuerza la noción de la fuente no solo como ornamento urbano, sino como un elemento dinámico que responde al entorno y a quienes lo habitan.
Además de su dimensión sensorial, el pabellón incorpora un gesto patrimonial al rescatar los tres monolitos de granito «alita de mosca» que alguna vez acompañaron a los chorros de la fuente. Esculpidos por los últimos canteros del Cajón del Maipo, estos elementos quedaron instalados permanentemente tras el desmontaje del pabellón, devolviendo parte de la memoria perdida del lugar.