Minimalismo honesto
Fotografía: Riley Snelling
En el corazón de Toronto, Occhiolino transforma un antiguo taller mecánico en una oda al diseño reducido, sin traicionar su herencia industrial. El estudio Guido Costantino Projects articula una narrativa espacial precisa, donde los materiales —ladrillo, metal y madera pálida— no solo construyen, sino también cuentan. Cada decisión responde a un principio: menos es más, si ese “menos” tiene intención. La intervención arquitectónica no maquilla, sino que delinea. Una pared de arcada frente al edificio original, barras de ladrillo y una escalera que transiciona de masa a ligereza revelan una voluntad de reinterpretar sin borrar. La luz natural cae desde claraboyas anguladas y se filtra sobre encimeras, nichos y taburetes fijos, generando una atmósfera sobria, casi monástica, que invita a la contemplación más que a la ostentación. Más que un restaurante, Occhiolino es una experiencia estética contenida. La austeridad aparente esconde una riqueza de detalles cuidadosamente medidos que permiten que la historia del lugar respire con frescura. El resultado: un espacio de quietud sofisticada que, sin alzar la voz, deja una impresión imborrable.