Gasolina del aire
Fotografía: Aircela
La compañía estadounidense Aircela ha dado un paso revolucionario hacia la descarbonización del transporte con una máquina del tamaño de un refrigerador que convierte aire y agua en gasolina sintética. Presentada en una azotea de Nueva York, esta tecnología compacta utiliza captura directa de carbono y electrólisis para crear combustible compatible con motores convencionales, sin recurrir a los fósiles ni generar nuevas emisiones.
A diferencia de los grandes modelos industriales de e-combustibles pensados para la aviación, Aircela apuesta por un enfoque descentralizado: módulos hexagonales, inspirados en la naturaleza, que pueden conectarse como panales para escalar su producción. Esto no solo evita infraestructuras costosas, sino que permite fabricar gasolina limpia incluso en lugares remotos.
El diseño industrial también tiene un rol clave. Cada módulo representa una fase del proceso, encapsulada en una interfaz amigable y con una estética pensada para el entorno urbano. La experiencia de usuario —desde la boquilla de carga hasta la paleta de colores que evoca aire, agua y sol— proyecta una visión optimista: un futuro energético donde la innovación, literalmente, está en el aire.