Laboratorio de diseño
Fotografía: Knoll
En el corazón de Park Avenue en Nueva York, Knoll reinventa la experiencia de su mobiliario icónico con una sala de exposición que es tanto una galería como un laboratorio de diseño.
El espacio, concebido por Jonathan Olivares junto a Pernilla Ohrstedt y Salem van der Swaagh, juega con la luz y la textura a través de cortinas de malla metálica y paneles textiles que redefinen la distribución sin rigidez arquitectónica. Esta flexibilidad rinde homenaje a Florence Knoll y su visión de espacios dinámicos, donde cada pieza de mobiliario no solo se exhibe, sino que se contextualiza en un entorno que fusiona lo doméstico y lo profesional.
Las tonalidades vibrantes y los materiales elevados refuerzan la identidad modernista de Knoll, con piezas emblemáticas como la silla Barcelona de Mies van der Rohe y la silla Diamond de Bertoia. A su vez, nuevas incorporaciones como la reedición de la silla Morrison Hannah demuestran la capacidad de la marca para evolucionar sin perder su esencia.
Cada zona se adapta a la interacción y experimentación, permitiendo a los visitantes visualizar configuraciones para oficinas, salas de reuniones o entornos residenciales con la misma pureza de diseño.
Más que una sala de exposición, este espacio es una declaración de principios sobre la atemporalidad del buen diseño. Con un telón de fondo neutro y un sistema de particiones móviles, Knoll ofrece una experiencia inmersiva donde el mobiliario se presenta no como piezas aisladas, sino como elementos de un lenguaje arquitectónico adaptable.