Instalación en Ginza 41 por Kriskadecor

Paisaje suspendido

Fotografía: Álvaro Valdecantos

En el corazón de Andorra la Vella, el restaurante Ginza 41 redefine la fachada urbana con una instalación envolvente de cadenas de aluminio tensadas. Diseñada por la arquitecta Àfrica Sabé y ejecutada por la firma española Kriskadecor, esta intervención transforma la piel del edificio en una acuarela metálica: un paisaje japonés de montañas y cerezos que parece flotar sobre la madera de la fachada.

La cortina, de más de 13 metros de ancho, no solo evoca las tradicionales casas familiares niponas, sino que se convierte en una experiencia sensorial previa al ingreso. Con 15 colores distintos aplicados sobre miles de eslabones, la pieza logra una fusión entre arte, arquitectura y memoria afectiva, deteniendo por un instante a quienes pasan frente a ella.

Es un gesto visual y simbólico que anuncia, sin palabras, el viaje cultural y gastronómico que ofrece el restaurante. Más que un ornamento, esta cortina metálica cumple múltiples funciones: actúa como identidad visual, aporta privacidad a las habitaciones del hotel contiguo y teje un delicado equilibrio entre visibilidad y resguardo.

www.kriskadecor.com

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