Memoria mediterránea
Fotografía: David Zarzoso
En el corazón de Cadaqués, Cataluña, una vivienda centenaria revive su esencia sin renunciar al presente. El proyecto de rehabilitación de Casa de Pescadores, a cargo de Bea Portabella y Jordi Pagès, recupera el carácter vernáculo de la arquitectura local —muros de piedra, bóvedas catalanas y vigas de madera— y lo entrelaza con una sensibilidad contemporánea. Donde antes existía una estructura fragmentada y oscura, hoy fluyen la luz, el aire y la vida cotidiana, reconfigurando la historia en un espacio funcional y sereno.
La intervención respeta la huella del tiempo y la redefine a través de una distribución más abierta, patios interiores que respiran y aperturas que conectan visualmente los distintos niveles. Cada planta dialoga con el paisaje mediterráneo: desde la bóveda tradicional del primer nivel hasta la terraza que se asoma al mar, la casa se convierte en una experiencia vertical que celebra la convivencia entre memoria y modernidad.
El lenguaje material rinde homenaje a la autenticidad. La cal blanca, las baldosas recuperadas y la madera de iroko construyen una atmósfera cálida y luminosa donde lo artesanal convive con lo contemporáneo. Más que rehabilitarse, esta casa renace como testimonio del paso del tiempo y de la capacidad de la arquitectura para narrar historias a través de la materia.
