Horizonte doméstico
Fotografía: Israel Gollino
La Casa Buritis se concibe como un puente visual entre arquitectura y paisaje, aprovechando la topografía del Cerrado brasileño y una vista privilegiada hacia un área de preservación ambiental. Su implantación en “L” organiza el programa en dos niveles y permite que todas las aberturas principales miren hacia la naturaleza, garantizando privacidad frente a los vecinos y reforzando la relación interior-exterior. En la planta baja, los espacios sociales y de servicio se abren mediante grandes superficies acristaladas que facilitan ventilación cruzada, iluminación natural y continuidad espacial con el patio. En el nivel superior, el bloque íntimo se retrae y oscurece, protegido por aperturas estratégicas y un brise-soleil metálico que controla la incidencia solar y define la identidad formal del volumen suspendido. La materialidad se articula a partir de contrastes: la frialdad del metal, la textura rugosa del fulget y la calidez de la madera dialogan para enfatizar los volúmenes y atenuar la presencia de la casa en el paisaje.
