Silencio de tierra

Fotografía: Alessio Mei

En los bordes rojizos de Marrakech, esta villa emerge como un poema construido entre materia y luz. Concebida por Studio BO como una presencia silenciosa, la casa equilibra el peso de la tierra con la ligereza del aire. Una base de ladrillo terracota ancla la arquitectura al suelo ocre, mientras un volumen superior, curvo y etéreo, parece flotar suspendido sobre el paisaje del golf.

La composición responde a una dualidad esencial, anclaje y elevación, que se percibe en cada gesto: fachadas discretas filtradas por lamas de terracota, transiciones suaves entre muros curvos y una escalera escultórica que asciende con la delicadeza de un trazo suspendido. La materialidad, íntegramente local —zellige, tadelakt, piedra Taza y ladrillo—, enlaza arquitectura y artesanía en una textura viva que respira el espíritu marroquí.

En el nivel superior, un espacio de meditación abierto al cielo culmina la experiencia. Allí, la luz adquiere un carácter espiritual y el tiempo parece disolverse. Esta villa no se impone al paisaje, lo escucha.

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