OBSERVAR EL SILENCIO
Diseñada como proyecto de titulación por el arquitecto chileno Rodrigo Sheward, esta estructura cumple la doble función de servir como guarida para los cazadores de jabalíes y como un privilegiado punto de observación para excursionistas, curiosos y naturalistas. Los volúmenes de este mirador, ubicado a 40 km. de Villarrica, están construidos con la historia material del lugar, cada pieza utilizada fue recogida de árboles abandonados por empresas forestales, y posteriormente aserrada, moldeada, espigada e inventada allí mismo. Sólida y silenciosa, la construcción abarca la vastedad del entorno, cual tosco marco para tan privilegiado paisaje. Esta propuesta da pie a una dilatada discusión académica acerca de “llevar la arquitectura donde no la hay”, como señala Sheward, pero además, permite revalorizar un material noble y resignificar la historia de un lugar.