Brillo y color
Fotografía: José Hevia
En una antigua casa familiar de dos pisos ubicada en el centro de Viladecans, una ciudad industrial ubicada en la provincia de Barcelona, una joven pareja con dos hijos decidió restaurar la planta baja para convertirla en su propia residencia, mientras que sus padres continuarán viviendo en el nivel superior. La casa está definida por un muro estructural que recorre longitudinalmente el espacio y crea dos áreas separadas; este elemento se convirtió en la columna vertebral de la propuesta desarrollada por el arquitecto español Raúl Sánchez y determinó la demolición del resto de las particiones. Desde la entrada se abre un amplio salón que anuncia el nuevo estilo de la vivienda y que abre también huecos en las áreas superiores para permitir el paso de la luz; a continuación está la cocina y el comedor que se conectan con el jardín exterior. Al otro lado del muro central se ubica la sala de estar y las habitaciones, destacando los dormitorios de las hijas que se presentan como un volumen independiente, una caja mágica hecha de latón dorado y brillante que sobresale en medio de los demás acabados.