Simetría histórica
Fotografía: Andrés Maturana
El imponente entorno natural del lago Llanquihue y la silueta de los históricos galpones sureños definieron el orden y la forma de esta casa diseñada por el estudio chileno Abarca Palma en la comuna de Frutillar. Una cubierta monomaterial define su identidad y permite que los espacios interiores se conviertan en un cálido refugio.
La vivienda fue diseñada especialmente para una mujer de avanzada edad que regresa a la zona donde nació y vivió con su familia. El volver a su origen y a los paisajes de su historia es parte fundamental del proyecto, por lo que el diseño propuesto por los arquitectos Camilo Palma, Francisco Abarca y Sebastián Ochoa con la colaboración de Nicolás Acosta, privilegió colocar los recintos más importantes hacia el lago para que pudiese disfrutar de las vistas del entorno. A partir de esta intención, el programa se dividió en dos partes, instalando al frente el área más pública y el dormitorio principal, unidos todos por un cielo continuo.
Publicada en revista Ambientes Nª150