Vértigo de madera
Fotografía: Katsumasa Tanaka
En solo 9 tsubo —poco más de 30 m²—, esta casa de tres pisos redefine los límites espaciales con ingeniería precisa y la típica sensibilidad japonesa por la escala. Aprovechando su emplazamiento en una esquina urbana y la normativa revisada en 2019, el proyecto logra un sorprendente 80 % de cobertura, gracias a una estructura semi-resistente al fuego que deja ver, con audacia, parte de su esqueleto de madera expuesta. Lo que podría parecer una limitación técnica se convierte en un manifiesto de ingenio espacial.
Las decisiones formales no solo responden a regulaciones urbanas, sino que las reinventan: una terraza en la azotea, un baño insertado quirúrgicamente bajo techos inclinados y una secuencia de espacios que fluyen verticalmente, en lugar de horizontalmente. El vacío interno funciona como una torre de viento, permitiendo una ventilación constante y natural, en un gesto técnico que también se vuelve poético.
El verde, aunque escaso, se eleva: un pequeño jardín alcanza el segundo piso, transformando el interior en un refugio íntimo donde conviven el aire, la luz y el silencio. Esta intervención, obra del estudio nipón Kominoru Design, demuestra cómo la creatividad puede transformar limitaciones en oportunidades, llevando la funcionalidad y la estética a nuevas alturas.