Luz habitada
Fotografía: Rafael Gamo
En el corazón de un bosque de pinos en Valle de Bravo, Casa Girasol se erige como un refugio de luz diseñado por el estudio mexicano Locus. Su estructura circular, con un patio abierto al sur, abraza el paisaje y maximiza la entrada de luz natural en una región de clima frío y lluvioso. La distribución sigue un corredor acristalado que conecta los espacios, mientras que tragaluces estratégicamente dispuestos permiten la entrada de luz desde múltiples ángulos, creando una atmósfera luminosa y acogedora.
La materialidad refuerza la conexión con el entorno: una base de hormigón pigmentado en tonos tierra proporciona solidez, en contraste con la ligereza del techo de madera y las vigas de roble laminado expuestas en el interior. El juego de alturas en el techo genera aperturas que no solo iluminan, sino que también garantizan privacidad.
En la zona social, una isla de hormigón con quemadores integrados actúa como centro de reunión, complementada por muebles en tonos neutros que aportan sobriedad y calidez. Pensada como un espacio de encuentro familiar, la casa equilibra funcionalidad y diseño para adaptarse a las estaciones.
La combinación de estrategias pasivas de iluminación y energía solar convierte a Casa Girasol en un modelo de arquitectura sensible a su contexto, donde la luz no solo moldea los espacios, sino que también define la experiencia de habitar.
