Detalles expuestos
Fotografía: Cristóbal Palma
Una pequeña isla de cinco hectáreas que mira hacia los fiordos y canales del archipiélago de Desertores, en Chiloé, actúa como soporte para esta casa que el arquitecto chileno Guillermo Acuña ha diseñado para sí mismo en el transcurso de varios años y que tiene como punto de origen una antigua casa de botes. La vivienda bautizada como Isla Lebe posee tres pabellones de madera con una cubierta de tejas de alerce que se conectan entre sí por medio de pasarelas que cruzan la vegetación circundante, y con la playa a través de una gran escalera que determina la identidad del proyecto. El primer piso, con las paredes pintadas de rojo y objetos llenos de historia, fue convertido en cocina y comedor; en tanto que el piso superior que es una nueva adición se mantuvo con el tono natural de la madera para proporcionar la atmósfera de descanso necesaria para los dormitorios.
