Entre curvas y paisajes
Fotografía: Giorgi Mamasakhlisi
Enclavada en el pintoresco pueblo de Akhaldaba, Georgia, esta residencia de dos pisos con piscina redefine la relación entre arquitectura y naturaleza. Concebida como una extensión del paisaje, la casa se integra de forma orgánica en el terreno, respetando sus ondulaciones y curvas. La estructura, formada por tres bloques interconectados, distribuye sus funciones estratégicamente, creando espacios semiabiertos que dialogan con el entorno y permiten vistas panorámicas hacia el barranco y la carretera. El diseño prioriza la funcionalidad sin comprometer la estética. Desde la entrada noroeste, unos escalones invitan a un interior que combina modernidad y calidez. Un invernadero da la bienvenida y conecta con las áreas diurnas y los dormitorios, organizados en dos niveles. En el techo, una terraza con piscina ofrece un rincón de serenidad, accesible tanto desde el segundo piso como desde el patio, reforzando la fluidez del diseño. La fachada, de hormigón rugoso, actúa como un lienzo que el tiempo y la vegetación pintan lentamente, mientras las ventanas de aluminio verde y las plantas trepadoras acentúan su armonía con el paisaje.
